Nos vemos obligados a incluir un estudio de los orígenes de la palabra Aquilón y sus regiones, debido a la importancia que adquiere tanto en las profecías finales de Nostradamus, como en las de la Biblia. Esto ayudará a comprender, que este término es usado quizás con distinto significado por Nostradamus a lo largo de todo su trabajo, en el cual, lejos de aclararnos esta duda, parece oscurecerse cada vez más. Comprender esto es de vital importancia, ya que será donde sucedan graves batallas al término de los postreros días. En nuestro anterior volumen de Caesarem de Nostradamus, se señalaba que Aquilón era España, pero hoy por hoy, tras proseguir y alargar el estudio sobre ello, no estamos en condiciones de reafirmar tal conclusión sin dudar al respecto. Por ello, se retomará lo dicho en anteriores estudios y se expondrá lo que se ha encontrado, tras una ardua tarea, inmerso en escritos de hoy y de ayer. Lejos de ser una mala noticia, o un fallo de interpretación, esto abre una nueva vía del fin, donde España no sería, aún siendo atacada, el centro de la cólera de Dios que amenazaría la raza humana en un periodo comprendido entre el 2021 y el 2048.
La principal pista que seguimos en su día de la mano del académico y erudito Cándido María Trigueros -1738-1798-, en su obra, Memoria sobre el nombre de España, no es en absoluto desechable, porque no debemos ignorar las posibilidades, cuanto más posibilidades se muestren, más garantía de acierto tendremos. No se trata de tener razón, sino de intentar comprender los misterios que esconden los trabajos de Nostradamus. Se seguirán también las huellas casi borradas de las viejas leyendas sobre dioses y los propios escritos sagrados de la Biblia, para encontrar direcciones que lleven hacia lo que intentamos comprender junto a todos vosotros. La idea de que en España no sea el temido ataque final, no hace sino alegrar mi corazón porque nadie quiere ser profeta en su tierra, y menos, de hechos que atañen directamente a la vida de muchas personas que hoy viven tranquilas girando en la rueda de la sociedad con velos en los ojos, que hacen que, todo lo que se encuentra a su alrededor, pase desapercibido, excepto para aquellos que osan desviarse del surco predispuesto por la sociedad.
Existe una vieja historia transmitida desde los albores de nuestra Humanidad donde se relata el castigo de Júpiter por las malas conductas del ser humano a una región en concreto, dicho lugar marcaría la destrucción y seguidamente la renovación de un Mundo nuevo, de unos humanos nuevos y limpios de impurezas terrenales.
Júpiter decide aplicar un castigo diferente, destruir bajo las aguas al género humano y arrojar desde toda la superficie del cielo, copiosa lluvia. Cuando Júpiter vio que el Mundo estaba cubierto de una líquida sábana formando un inmenso estanque, y que un sólo varón quedaba de tantos miles - Deucalión- y que una sola mujer llamada Pirra, quedaba de tantas miles, inocentes ambos, adoradores de la divinidad ambos, dispersó los nubarrones, e hizo, valiéndose del Aquilón, que las lluvias cesasen, y mostró al cielo la tierra y el paraíso a la tierra. El Mundo estaba restaurado; pero al verlo vacío y al ver las tierras desoladas y sumidas en profundo silencio, habló así a Pirra con lágrimas en los ojos: ¡Ojala pudiera yo restablecer la población del Mundo con las facultades de mi padre y derramar vida en la tierra después de modelarla!
-Nostradamus desvela este mismo mito en su Pronosticación nueva para el año 1562, publicada por Avec Privilege, en esta obra el profeta vuelve a jugar con su habilidad veladora para dirigir al lector hábil hacia el camino que el desea.
Donde piense el diluvio de Deucalión renovar. En las partes meridionales -sur- de Europa de treinta y ocho a treinta y nueve, cuarenta, cuarenta y dos grados de latitud serán hechas lluvias pero exiguas, en el comienzo del otoño en términos más grandes y al final todavía más, y sobrevendrán unos nuevos sexistas que vendrán a perdonar la vida y zanjar seguros los errores al pueblo, tanto, que por varios de ellos y la diversidad de sectas nacerán grandes guerras, disputas ruidosas, debates, discordias, altercaciones, y en varias asambleas los hierros comenzarán tanto en libra que será hecho gran derramamiento de sangre.
-Majestuosamente Nostradamus en esta pequeña cita que encontramos en su Pronosticación nueva para el año 1562, sugiere inequívocamente a España equiparándola con Aquilón. Desvelemos el secreto.
Deucalión = Único varón que sobrevive en el Aquilón tras el castigo ejemplar ejecutado por Júpiter con un diluvio.
Perdonar la vida = En el escrito original en francés lo encontramos como espargner que por casualidad se asemeja demasiado a Espagne -España-
En Libra = Parece dirigirse a una zona geozodiacal regida por este signo, en este caso, como ya hemos estudiado, se refiere a España. En esta misma pronosticación el profeta dice que; ciertas calamidades sucederán en España y Roma, que son lugares sujetos a Libra.
En otra Pronosticación para el año 1558 encontramos; es de temer que en las Españas, en donde libra impera, y en Roma , por el eclipse de Luna que ocurrirá en ese signo, padezcan muchos males, pobreza, calamidades por más de uno y varias penalidades.
En los Presagios para 1559 encontramos;España, en la que manda Libra , padecerá grandes infortunios.
Pero todavía existe lo más relevante sugerido por el sabio francés en esta pequeña cita conforme buceamos entre sus palabras; en las partes meridionales de Europa de treinta y ocho a treinta y nueve, cuarenta, cuarenta y dos grados de latitud.
En la parte sur de Europa -España- a 38º está Andalucía, a 39º se encuentra Castilla la Mancha, a 40º está situado Madrid y a 42º está toda la parte norte de España. Efectivamente, nos quedamos de piedra cuando vemos que, todos estos grados aplicados sobre un mapa nos desvelan prácticamente la totalidad de la superficie de España. Por ello, consideramos que esta aparentemente simple pronosticación, es una, si no la que más, donde se puede apoyar la teoría que barajamos e intentamos demostrar; que España es mostrada por Nostradamus en ocasiones como el Aquilón.
Después del Diluvio quedó la tierra desierta, casi despoblada de animales o seres humanos que la poblaran, como bien se relata en la mitología de Deucalión. Sólo en Armenia -según algunos estudiosos-, se encontraba la familia elegida por Dios para ser salvada en el Arca; Noé con su esposa e hijos Sem, Can y Jafet. Dios mandó a Noé que repoblará con sus progenitores la tierra ahora limpia. Se creé que Can se dirigió hacia África, Jafet junto a sus hijos se aventuraron por toda Europa, mientras que Sem optó por permanecer en su lugar natal poblando Asia. Serían entonces los hijos de Jafet -Tubal, Gomer y Jaban- y los hijos del propio Jaban -Elisa, Tarsis, Cetin y Dodanim-, los que esparcirían su semilla por Europa. Pero la opinión más aceptada entre todos los eruditos, es que Tubal, hijo de Jafet, nieto de Noé, y Tarsis, hijo de Jaban, nieto de Jafet y bisnieto de Noé, poblaron España. Muchos estudiosos de renombre de ahora y del ayer más lejano, han tratado de encontrar los orígenes de España, tomando como hilo conductor las posibles pistas encontradas en las sagradas escrituras de la Biblia, porque buscando los principios se pueden conocer los fines, esto, nos brinda la nada despreciable posibilidad de intentar encontrar alguna similitud con nuestro propio trabajo para aclararnos los puntos que buscamos. Existen muchas discrepancias sobre lo que seguidamente será mostrado, por nuestra parte plasmaremos opiniones y datos de diferentes puntos de vista y seguidamente mostraremos nuestra particular conclusión.
Según una de las teorías más extendida, Tubal, nieto del patriarca bíblico Noé, pobló, tras el Diluvio, Iberia. Flavio Josefo, cronista del siglo I que vivió en tiempos de los Emperadores Vespasiano y Tito, escribió en su libro de las Antigüedades judaicas: «fundó Tubal a los tubales, a los que ahora se llaman íberos». A partir de la idea de Josefo que escribió su obra en griego, otros autores lo hicieron, como Erasmo o Hudsono. Pero sería el autor Rufino Aquileyense, quien añadiría aún más hierro al asunto diciendo; Fundó Tubal a los tubales, que en nuestros tiempos se llaman iberos, esto es españoles, quienes después se nombraron celtíberos. De este modo, en forma de cascada, muchos otros escritores argumentaron esta creencia como San Jerónimo lo hizo antes o después que Rufino, San Isidro -Libro 9, Orígenes cap.2-, el arzobispo Don Rodrigo -Rubus Hispanie, cap.3-, Pedro Tomich -historia de Cataluña, cap.5-. Tras estas primeras aserciones de origen bíblico, va a tejerse con los siglos, la teoría vasco-ibérica y vasco-cántabra que gozará de extraordinaria longevidad y variopintas derivaciones. Es el arzobispo Jiménez de Rada, quien escribe a mediados del s. XIII y al que sigue Alfonso X, diciendo; los hijos de Tubal, después de recorrer diversas provincias con despierta curiosidad, se dirigieron a los confines del occidente, y una vez que llegaron a España, fueron los primeros habitantes de las alturas de los Pirineos y se convirtieron en pueblos numerosos que fueron llamados al principio Cetubales. Los cetubales así se dispersaron hasta ser grandes pueblos y descendieron a las llanuras de España y junto al río que ahora se llama Ebro, fundaron villas, aldeas y ciudades, y como se quedaron allí, los que antes se llamaban cetubales, por el río Ebro, se llamaron celtíberos. Dos siglos después Alonso de Madrigal, dice; de Tubal descienden los españoles; éste se estableció en la bajada del monte Pirineo, en el lugar que se llama Pamplona. Después, cuando éstos se multiplicaron en muchos pueblos, bajaron a las llanuras de España, y entonces aquella tierra se llamó en latín, de coetus, esto es, comitiva de Tubal, Cetubalia. Después de esto, identificar a los vascos con los primitivos pobladores de Iberia y al euskera con la primera lengua de la misma, fue cuestión de tiempo. La identificación parece comenzar con los navarros para extenderse luego hacia occidente. En tierra vascona sitúa Lope García de Salazar -s. XV- a la repoblación de Tubal. El cronista valenciano Beuter -s. XVI- da origen tubálico a Tafalla y Tudela, y hace a los navarros, sinónimos de los cántabros. Pedro de Medina años antes había establecido los mismos orígenes a estas ciudades y había asegurado que la lengua originaria de España era el «vasquence». El licenciado navarro Juan de Beriain, abad de Uterga, en su Doctrina cristiana escrita en romance y publicada en Pamplona, en 1626, afirma que; el justo y perfecto Noé, habló y enseñó en este reino la lengua del vascuence, y desde entonces hasta el día de hoy, se ha conservado en la muy noble ciudad de Pamplona, y en toda la tierra vascongada. En el Propugnáculo histórico y jurídico escrito en 1666 por el canónigo José Conchillos, Tudela es presentada como fundada por Tubal en la Celtiberia. En resumidas cuentas, Tubal aparece como el fundador de las primeras ciudades: Tafalla, Reinosa, Tudela, Tarazona, o Setúbal en Portugal. Se cree también que pobló primero el País Vasco y que introdujo el euskera, que su hija Pirene daría origen al nombre de los Pirineos, que su hijo Ibero dio origen al nombre del río Ebro y luego a los iberos, y que de otro hijo suyo, Tago, provendría el nombre del río Tajo, y de un tercero llamado Beto la conocida Bética o Andalucía. En antiguo vascuence la palabra Setubalia puede tener su origen en Sein-Tuba-Lia, que significa, país de los hijos de Tubal. Manuel Ibo Alfaro en su obra Compendio de la historia de España, publicada en 1863, se atreve a fabular con las fechas de los reinados de los distintos descendientes de Tubal, Tarsis y otros, con un sugerente aunque quizás discutible esquema, mostrado a continuación.
Pero existe otra teoría que nos acerca al otro confín del Mundo para situar a los descendientes de la tribu de Tubal. El propio profeta Ezequiel en diversos capítulos muestra a Tubal como la zona que menos coincide con los metales que se encontraban en España en aquellos momentos, al contrario de lo que expresa en el capítulo 27:12, refiriéndose a las riquezas de Tarsis. 27:13 Grecia, Tubal, y Mesec, tus mercaderes, con hombres, y con vasos de metal dieron en tus ferias. 38:2 Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia la tierra de Magog, contra Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. Profetiza contra él. 39:1 Y TÚ, oh! hijo del hombre, profetiza contra Gog, y dí: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo voy a ti, oh! Gog, príncipe de la cabecera de Mesec, y Tubal. 39:2 Y yo te quebrantaré, y te sextaré, y te haré subir de las partes del Aquilón, y te traeré sobre los montes de Israel.
Ezequiel indica que en la tierra de Magog reside el príncipe Gog siendo éste, soberano de Mesec y Tubal. Con estos datos podemos dirigir nuestra mirada hacia los países situados al norte -aquilón- de Israel, para situar a Tubal. Según esto, la zona comprendería los países y regiones Caucásicos y Adriáticos, y no de España, como su posible ubicación.
Magog es una palabra hebrea compuesta, que significaría literalmente «la tierra de Gog». Ma sería tierra y Gog alto, gigante, jefe, techo, grande, elevado, con lo cual, debido a que dicho pueblo de Gog se cree que habitaba principalmente en los altiplanos, mesetas y montes del Cáucaso, esto puede significar «los que viven en el techo del Mundo», al Aquilón. En el idioma acadio Gog, sería Gugu, que significa jefe y en sumerio Gug, que significa tiniebla.
Mesec fue un hijo de Jafet, la mayoría de las tribus derivadas de él, son consideradas por historiadores modernos como los Escitas. Actualmente, estas tierras serían las ocupadas por Moldavia, Ucrania, el este de Rusia, y todas las tribus nómadas que habitaron las estepas entre lo que actualmente es Hungría y las montañas de Turkestán. El nombre de la tribu de Mesec podría ser una palabra compuesta, Me-lugar, de-sec, -lugar de Sec-.
Tubal hijo de Jafet, es presentado también por otros estudiosos como una tribu de Anatolia o Asia Menor, ocupada actualmente por la parte asiática de Turquía. Esta limita al Norte con el mar Negro, al Este con las cadenas montañosas del Tauro y el Antitauro, al Sur con el mar Mediterráneo y al Oeste con el mar Egeo y el mar de Mármara. El estrecho del Bósforo y el estrecho de los Dardanelos la separan de Europa. De esta manera, no queda claro realmente si Tubal y su descendencia fundó o residió en España o, por el contrario, lo hizo en las regiones al norte de Israel situadas en el Cáucaso o el Adriático. Cabe la posibilidad que, desde estas regiones, sus descendientes emigrarán hacia la parte Norteña de España, considerándose, así, ambas versiones verosímiles.
No muy alejados de la idea mayoritaria que piensa que Tubal y sus descendientes fueron los primeros pobladores de España, existe un grupo de historiadores que se decantan por Tarsis y su descendencia como los que poblaron primeramente la península, y al igual que se ha hecho con Tubal ahora indagaremos en estos campos tan sombríos.
Tarsis era la denominación que recibía un reino de fabulosas riquezas, que al parecer, existió en el suroeste de la península Ibérica durante la primera mitad del I milenio a.C. Hoy conservaría su nombre una población de Huelva llamada Tharsis. Las primeras noticias que se conocen se remontan a fuentes griegas y romanas, tales como las de los escritores Estesícoro -630 a.C-, Éforo, Esteban de Bizancio, Herodoto -480 a.C.-, Plinio. Estrabón -63 a.C- en su libro tercero asegura que; Ibylla -quizás Sevilla- era una ciudad de los Tartessos. Los hallazgos de numerosísimos objetos, como los tesoros de La Aliseda y Carambolo, en necrópolis y poblados que van siendo constantemente descubiertos y excavados, confirman día a día la existencia de una cultura denominada tartésica en el sur de España. Avieno -s.IV- en su obra Ora marítima dice; los Tartesos son los verdaderos íberos, Eusebio Cesariense en el siglo tercero afirma que de Tarsis, nieto de Jafet, proceden los iberos. Una cronología anónima que podemos encontrar en el Colegio Claramontano de Paris, en un manuscrito del 236 d.C. relata; la descendencia de Jaffe se extendió hasta Cádiz y que de Tarsis descienden los íberos . Según la leyenda transmitida por las fuentes clásicas, la cultura de este pueblo se extendía por el bajo Guadalquivir y el bajo Guadiana. Tuvo numerosos reyes: Gerión, ser de tres cabezas que luchó con Hércules; su nieto Norax, que llegó hasta Cerdeña; Gárgoris, descubridor de la miel y fundador de otra dinastía; su hijo adoptivo Habis, legislador y descubridor de la agricultura. Lo que hoy sabemos, al margen de la leyenda, es que los tartesios explotaron las minas circundantes de cobre y plata, controlando el estaño del noroeste peninsular, minerales todos ellos demandados por los comerciantes fenicios establecidos en las costas, y más adelante, por los griegos en una dura competencia. En hebreo Tarshîsh, significa «sobre el mar» o «que se rompe». Podría ser también una palabra fenicia, derivada a su vez, del acadio que significa «fundición», «refinería». Este nombre se le dio a las localidades donde los fenicios desarrollaban actividades mineras, como fueron el Sudeste de España, Túnez y la isla de Cerdeña.
En la Biblia también encontramos pistas sobre Aquilón que parecen sugerir que de la parte norte de África y del sur de España, los países orientales se surtían de riquezas que no encontraban tan fácilmente en sus lugares naturales. La Septuaginta y la Vulgata, en varios pasajes lo traducen como Cartago, la actual Túnez. Los metales preciosos de oro y plata que los barcos de Tarsis trasladaban hasta Oriente, abundaban en el sur de España más que en cualquier otro lugar en tiempos bíblicos.
1Reyes 10:21 Todas las copas de beber del rey Salomón eran de oro y toda la vajilla de la casa «Bosque del Líbano» era de oro fino; la plata no se estimaba en nada en tiempo del rey Salomón, 10:22 porque el rey tenía una flota de Tarsis en el mar con la flota de Jiram, y cada tres años venía la flota de Tarsis, trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.
2Cronicas 9:21 Porque el rey tenía naves que navegaban a Tarsis con los siervos de Jiram, y cada tres años venía la flota de Tarsis trayendo oro y plata, marfil, monos y pavos reales.
Isaías 60:9 Los barcos se juntan para mí, los navíos de Tarsis en cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre de Yahvé tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea.
Jeremías 10:9 Plata laminada de Tarsis importada, y oro de Ofir; hechura de maestro y de manos de platero -de púrpura violeta y escarlata es su vestido-: todos son obra de artistas.
Ezequiel 27:25 -Arabia- las naves de Tarsis formaban tu flota comercial. Estabas repleta y pesada en el corazón de los mares.
Pero de igual manera que Tubal es situado en distintos emplazamientos, Tarsis no iba a ser menos. Otro grupo de eruditos no creen en la teoría de que se establecieron en España, sino nuevamente, hacia el norte de Israel. Flavio Josefo en su obra Antigüedades Judaicas, se refiere a la ciudad de «Tarshush», identificándola, como la ciudad de Tarso en Asia Menor. Esta teoría se apoya en Act. 21:39, donde se nombra la ciudad de Tarsus situada en las inmediaciones de Cilicia en Turquía. En Gen 10:4 era uno de los hijos de Javán, En 1Cr 7:10 uno de los hijos de Bilhan y también es el nombre de uno de los siete notables príncipes del Imperio Persa en tiempos del rey Asuero en Est 1:14. Ha sido este vocablo mencionado o comparado con una piedra preciosa azulada en Éxodo 28:20 y 39:13; Ezequiel 10:9 y 1:16; Daniel 10:6; y Cantar de los Cantares 5:14. Afirma José María Blazquez en Los enigmas de Tartesos -1993. pp.15- que la Tarsis bíblica se encontró en la zona de la India y Ceilán. Esta tesis concuerda con el Ezion-geber de 1Reyes 22:49, ya que Ofir es un punto en la ruta del mar Rojo, y Ezion-geber se encontró en el golfo de Aqaba. En 1Reyes 10:20-21, las naves de Tarsis transportan una serie de productos: oro, plata, monos, marfil y pavos reales. Son los pavos reales y el marfil lo que vuelve a indicar la zona de la India como proveedora, porque en España, que se sepa, sería muy difícil encontrar estos animales. Como vemos, la situación de Tarsis en la zona de la península, sólo se hace fuerte si la fundimos con el pueblo de los Tartesos, que sí se sabe habitador del sur de España. No se logra entre tanta información poder afirmar ni unas opiniones, ni otras, dejando al igual que lo que sucede con Tubal, elegir al lector lo que más le convenza. Nos adentraremos ahora por un camino distinto, pero que parece ligar a la Península y al norte de África, con la zona tenebrosa y abismal del Tártaro, danzando junto con Tartesos, Tarsis o el Aquilón, hacia las profundidades abismales habitadas por Leviatán y Behemot, que no Baphomet.
Encontramos en la obra resumida de Justino, el compendio de Trogo, cap.44, algo inquietante al afirmar que, el Estrecho que hoy conocemos como de Gibraltar, en la antigüedad se denominaba el salto de los Tartesios; donde los dioses Titanes habrían mantenido una guerra contra los dioses Olímpicos -del Olimpo- y serían arrojados a sus profundidades. La mitología cuenta que esta guerra, entre los distintos bandos de los dioses -Titanomaquia-, acabó derrotando a varias de las deidades de los Titanes y encarcelándolas en la profundidad del Tártaro. Esto hace surgir una importante duda, ¿es el Tártaro, Tarteso o Tarsis el mismo lugar?, ¿estuvo situado, o está, en el Estrecho de Gibraltar?
Un gran parecido con este relato lo podemos encontrar en un fragmento del libro de Henoc; donde doscientos ángeles comandados por el ángel Sensaya descendieron a la tierra por el amor despertado hacia las mujeres que la habitaban, enseñándolas e instruyéndolas en secretos sagrados. El ángel Azael enseñó a los humanos a conocer y trabajar los metales y a fabricar armas -Tubal está relacionado con la forja de metales y Tarsis con el lugar de procedencia de estos metales-. Estos ángeles tenían como vecinos a los habitantes del Olimpo -los dioses enemigos de los Titanes-, que no dudaban en realizar también estos actos. Fue por estos hechos que el Señor dijo a Rafael: Encadena a Azael -el jefe de los demonios- de manos y pies y arrójalo a las tinieblas: hiende el desierto que hay en Dudael y arrójalo allí. Cúbrelo de tiniebla y que permanezca allí eternamente, y en el día del juicio sea enviado al fuego.
Ambas historias parecen contar un mismo final, donde los Ángeles conducidos por Azael o los dioses Titanes, ambos rivales de sus vecinos Olimpos -Dioses Olímpicos-, o donde incluso el Tubal y Mesec bíblico -Ezq 38:2- aliados con Gog y Magog, serán finalmente arrojados al «estrecho abismo», en las profundidades del Tártaro y encadenados. Henoc relata en un pasaje, un viaje que describe lo que bien podía ser el Estrecho de Gibraltar, el salto de los Tartesos o las Columnas de Hércules.
Primer libro de los viajes celestes de Henoc 17, 1-19, 16: Me llevaron hasta las aguas de la vida y hasta el fuego de occidente, que recibe cada puesta del Sol. Vi los montes de la tiniebla invernal y el desagüe del agua de todo el abismo. Vi las bocas de todos los ríos de la tierra y la boca del abismo.
Una de las etimologías que se sostienen para Tártaro, es que, Tar- significaría occidente, siendo por tanto Tártaro, el occidente de occidente, que en toda cultura mediterránea fue, hasta el s.XV, la costa hispanomarroquí. Homero describe al país de Cimeria -también Cymeria- como la región de la noche eterna situada en los confines del Océano y que es la antesala del Hades, si hablamos de los confines del océano, nos referimos a más allá de las columnas de Hércules -Gibraltar-. El Estrecho de Gibraltar es el desagüe por donde entran y salen las aguas del Atlántico al Mar Mediterráneo. En aquellos momentos, este lugar debió parecer justamente eso, ya que no se conocía la existencia de tierra más allá de esa puerta natural. Al cruzar las columnas de Hércules, el Mar Mediterráneo, que tenía principio y fin, daba paso al infinito Océano Atlántico, al abismo sin fin, a la boca del infierno. Pero mayor duda surge si mostramos los datos que encontramos en la propia Biblia, así como en distintos textos apócrifos igualmente sagrados.
2Pe 1:4 Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio.
Oráculos Sibilinos libro VIII: 241-Entonces la tierra se abrirá para mostrar el abismo del Tártaro. Llegarán ante el trono de Dios todos los reyes. Fluirá desde el cielo un río de fuego y de azufre . La señal entonces para todos los mortales.
Oráculo IV: Y Dios juzgará al Mundo, a los impíos los cubrirá otra vez la tierra, el lóbrego Tártaro, los fondos negros del infierno.
Homero-Iliada VIII: Lo arrojaré al tenebroso Tártaro, muy lejos, en lo más profundo del abismo debajo de la tierra.
Libro de Henoc. Fragmentos de un libro de Noé: Y dijo también el señor a Rafael: Encadena a Azael -el jefe de los demonios- de manos y pies y arrójalo a las tinieblas: hiende el desierto que hay en Dudael y arrójalo allí. Cúbrelo de tiniebla y que permanezca allí eternamente, y en el día del juicio sea enviado al fuego.
-Aquí el concepto de Dudael, según Dillman -Traducción 100-, se deriva del término caldero de Dios. La Biblia nos señala la ubicación de la caldera donde Dios cocinará las almas de los impíos en el final de los tiempos, para dar paso a la bondad y el amor en el Mundo. Samuel nos aclara las distintas variantes existentes para nombrar a la CALDERA DE DIOS.
1Samuel 2:14: Y hería con el en la caldera, o en la olla, o en el caldero, o en el pote.
Job 41:31 Hace hervir las profundidades como un caldero; agita los mares como un frasco de ungüento. 41:12 De sus narices sale humo, como de un caldero que hierve junto al fuego.
Ezequiel 24:3 Compón una parábola sobre esta casa de rebeldía. Les dirás: Así dice el Señor Yahvé: Arrima la olla al fuego, arrímala, y echa agua en ella. 24:11 Y mantén la olla vacía sobre las brasas, para que se caliente, se ponga al rojo el bronce, se funda dentro de ella su suciedad, y su herrumbre se consuma. 24:13 De la impureza de tu inmoralidad he querido purificarte, pero tú no te has dejado purificar de tu impureza. No serás, pues, purificada hasta que yo no desahogue mi furor en ti. 11:3 Todavía no es el momento de reconstruir las casas. La ciudad es la olla y nosotros somos la carne.
Jueces 6:19 Y entrándose Gedeón aparejó un cabrito de las cabras, y panes sin levadura de un efa de harina, y puso la carne en un canastillo; y el caldo en una olla: y sacándolo presentóselo debajo de aquel alcornoque.
-El alcornoque se encuentra en los países del oeste del Mediterráneo, tanto en el sur de Europa -España-, como en el norte de África.
Job 26:7 Extiende el aquilón sobre vacío -abismo-: cuelga la tierra sobre nada. 41:23 Hace del abismo una olla hirviente, cambia el mar en pebetero.
Jeremías 1:13 Y fue a mi palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Yo veo una olla que hierve. Y su haz está en la parte del aquilón .
-Por primera vez encontramos una equiparación del Aquilón con la «caldera de Dios», esto supone que en el Aquilón está situado el abismo, el Hades, el infierno o demás denominaciones usadas para describir al mal. Sin mucho divagar uno se da cuenta de que hay una gran posibilidad de que el Tártaro y el Aquilón sean el mismo lugar. Es conocido que para las culturas más alejadas a nuestro tiempo, el Norte siempre fue un lugar tenebroso y lleno de misterios que muchas veces representaba, la oscuridad y los males del Mundo.
Fragmentos Sibilinos: Una estrella se levantará en Europa sobre los Iberios, hacia la gran casa del Norte -Aquilón- , sus rayos aclararán de improviso al Mundo entero. Esto será en el tiempo más deseado, cuando los hombres mortales, estando cansados de sus ejércitos, con el consentimiento conjunto abrazarán la paz.
-Este pequeño fragmento sibilino resume lo que vamos descubriendo, mostrando una Iberia europea y situada al Aquilón.
El libro de la claridad -Sefer Ha-bahir-: XXXIV-el dijo: porque todas las direcciones están cerradas a excepción de la que da al norte -Aquilón-, con el fin de que penetren por allí el bien o el mal . Insistieron: ¿Por qué el bien? ¿No está escrito acaso, en Ezequiel 1:4: Y miré y he aquí que venía del Aquilón un viento tempestuoso, y una gran nube con un fuego envolvente? Y sabemos que no hay fuego que no surja de las profundidades divinas -abismo, infierno-. CLXII-Eso nos demuestra que junto al Santo, bendito sea, hay también un principio -midáh- que se denomina Mal y está situado al Norte -Aquilón-, tal como está escrito en Jeremías 1:14: Del Aquilón se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra. CLXIII-el Tohu viene del Norte, ya que no hay Tohu que no sea proveniente del mal, provocador de los hombres. Sí, de allí proviene toda mala inclinación humana. ¿Y por qué está situado a la izquierda? Porque no puede habitar otro lugar más que el Norte -aquilón-.
-En los mitos griegos podemos encontrar otro hilo tirado por Heracles, -en la mitología romana conocido como Hércules- uno de sus mayores héroes, que vierte luz sobre los orígenes de España. Hércules es conocido por los doce trabajos acometidos por un castigo de la sibila Délfica de los Oráculos de Delfos. Dichos trabajos muestran un designio metafórico que aún no ha sido descifrado en nuestros días.
Orden tradicional de los trabajos:
-Matar al león de Nemea y tomar su piel.
-Matar a la hidra de Lerna.
-Capturar a la cierva de Cerinia.
-Capturar al jabalí de Erimanto.
-Limpiar los establos de Augías en un día.
-Matar a los pájaros del Estínfalo.
-Capturar al toro de Creta.
-Robar las yeguas de Diomedes.
-Robar el cinturón de Hipólita.
-Robar el ganado de Gerión -rey africano invasor de Iberia-.
-Robar las manzanas del jardín de las Hespérides.
-Capturar en los infiernos a Cerbero.
Tras su significado aparente y literal, los mitos griegos siempre ocultaban una tradición mística oculta, y de esta forma los trabajos podían ser interpretados como símbolos del camino espiritual. Esto resulta especialmente evidente en el análisis del undécimo trabajo, donde Heracles viaja al jardín en el que crece el manzano que da la fruta mágica, el árbol de la vida , guardado por un dragón y unas hermanas, un paralelismo con la historia bíblica del jardín del Edén donde una serpiente animaba a comer la fruta del Árbol de la Ciencia, lo que otorgaba el conocimiento del bien y del mal. -Esto es parecido a lo que el libro del esplendor indica para Aquilón-. En la mitología griega, las Hespérides -en griego antiguo «hijas del atardecer»-, eran las ninfas que cuidaban un maravilloso jardín en un lejano rincón de occidente, situado según diversas fuentes, en las montañas de Arcadia en Grecia, cerca de la cordillera del Atlas en Marruecos, o en una distante isla del borde del océano. Adicionalmente, Hespérides -o también Islas Afortunadas- es un nombre dado por los antiguos a una serie de islas situadas en el extremo oeste del Mundo entonces conocido. Éstas podían haber incluido Canarias, Madeira y Cabo Verde. Las columnas de Hércules llevan el nombre de éste héroe griego. El sabio poeta Hesíodo habla en su Theogonía en el 750 a.C., de las islas Hespérides situadas en el Estrecho de Gibraltar. Aristóteles se refiere a él diciendo que; atraído por las riquezas de Iberia llegó hasta sus costas y venció a los Geriones , refiriéndose a su trabajo número diez. Los Geriones invadieron España desde África y la habían tiranizado. Parece claro que Aristóteles insinuaba que Hércules estuvo en la España Ibera, ya fuere para realizar su onceavo trabajo, o para robar el ganado a Gerión que en la mitología es conocido como un semidios ibérico y primer rey de los Tartesos. Existen más pruebas o leyendas de su estancia en la península Ibérica, que lo sitúan en Toledo, donde cuentan, fueron labradas las cuevas de Hércules por Tubal o Hércules, formando parte de la cátedra secreta desde la que Hércules enseñaba las ciencias ocultas. Las cuevas se hallan actualmente bajo la iglesia de San Ginés, derruida en 1841, a la altura de los números 1 y 2. La tradición hermética de Hércules y los tesoros escondidos vinculan a esta cueva otra tradición importante, referida al último rey godo, don Rodrigo, y la caída de España en manos árabes en el 711. Estas cuevas eran un recinto misterioso cuyo acceso estaba prohibido a los mortales, y cuyo quebrantamiento, acarrearía grandes desgracias. El rey don Rodrigo se atrevió a entrar y con ello arrastraría a la ruina a su reino, que se vería un año más tarde, invadido por los árabes -Quizás hoy perdure esa maldición-. De todos los tesoros que en dicha cueva dicen estar, el que más pasión despierta, es sin duda, la famosa Mesa del rey Salomón, que según diversas leyendas fue llevada y escondida en las propias cuevas. Hércules dejó paso a su hijo Hispalo, que se creé otorgó el nombre de Hispalis a la actual Sevilla, y el hijo de éste, llamado Hispan, bien podría haberla dado el nombre de Hispania. Finalmente, se creé que Hércules murió y fue sepultado en Cádiz, explicando quizás este hecho que en tiempos de los romanos, según narra el historiador latino Pomponio Mela, edificaran en San Fernando -Cádiz- un templo en su honor. La existencia de dicho monumento se constata por los textos griegos y latinos, citados desde el siglo XVI por historiadores, eruditos y por los importantes restos arqueológicos hallados desde principios del siglo XX. Tras el final de la estirpe de Hércules se piensa que el poder recayó sobre uno de sus capitanes llamado Héspero. En la mitología griega era conocido también como Eósforo o Fósforo, el cual personificaba al lucero del alba o el atardecer. Ordenaba el devenir de los astros, y uncía y desuncía los caballos de Helios al carro del Sol. Fue padre de Hesperis, del cual podía haber derivado el nombre de Hesperia o Hespérides. Se le representa como un anciano de largos cabellos blancos que anuncia a su madre, la Aurora, desde la bóveda celestial. El pueblo gaditano, Espera, parece tomar su nombre de éste personaje.
Dejando aparcadas estas divagaciones, posibles o no, pero de seguro no casuales, se ha visto como la denominación de nuestra península rebrota con distintos nombres tantas veces como conquistas o reinados sufrió, desde que el Sol la premiara con su cálido abrigo propiciando un clima envidiado por medio Mundo, y unas tierras ricas en metales muy apreciados por todas las diferentes culturas a lo largo de nuestra extensa historia. Abordaremos ahora la propia raíz del nombre que finalmente nos legaron, para al fin llegar a un punto circular, que une el principio con el final como el ocho infinito.
Los celtas llamaron a España Sphane, Sósthenes, Plinio y Plutarco la nombraron como Pania y Spania en sus libros. El geógrafo latino Avieno, del siglo IV a.C. alude en su Descriptio orbis terrae al referirse al sur de la península; «Aquí empieza Hispania, allí se encuentra el rico país de los Hiberos, y encima se levanta Tarteso» . Desde la región de Huelva el nombre de Iberia fue el predominante entre los griegos para referirse a toda la península, los habitantes de la ciudad de Huelva eran conocidos como los que vivían en las orillas del río Iber. Este río siempre se pensó que podía ser el Ebro pero los últimos estudios reconocen, al río Tinto, como el probable ganador de semejante honor. Aparte de este nombre los griegos la conocían como Hesperia y Ophioussa -tierra de serpientes-. Los pueblos griegos a mediados del siglo VI a.C. ya citaban a los pueblos Iberos y de Iberia, refiriéndose a la zona costera meridional y levantina de España. Estrabón confirma que los antiguos designaban a toda España con el nombre de Iberia. Después de la conquista romana el nombre de Iberia, y todos los otros, fueron sustituidos por el latino Hispania. Esta nueva designación para nuestra península deriva de un primer topónimo, Span, mucho más antiguo que los nombres dados por los griegos, que más tarde por evolución fonética, culminaría con la palabra España del romance medieval. Pero la creencia del origen principal de la palabra Span podría estar en autores latinos como Catón y el poeta Catulo que se referían a E spaña como tierra caniculosa, es decir, como tierra llena de conejos. Desde aquí, esta idea se expandió y perduró durante diecisiete siglos, hasta que fue resucitada por el experto en lenguas orientales Samuel Bochart en su obra Geografía sacra, donde relata basándose en Catulo que; en hebreo SPN, saphan, es cuniculus -conejo-. De este modo tan simple, la idea de que Span, y como consecuencia de que España, deriva del nombre tierra de conejos, por la abundancia en la península de este animal, se extendió y fue aceptada universalmente hasta nuestros días. Según el académico de la Real Academia de Sevilla de Buenas Letras y de la Real Academia de la Historia, don Cándido María Trigueros, se pudo formar el nombre de España desde diferentes raíces y con diferentes significados. Con pequeñas variaciones de la raíz, Spah o Spang, que significa abundancia, y aniah, que significa nave, se podría construir Spania, en el sentido de nave de abundancia, -apoyando quizás, la teoría de las naves de Tarsis-. Con origen Caldeo y hebreo encontramos tsaphan o tsphan, tesoro, arcano, cosa oculta y con la palabra Iah que significa Dios, puede componerse Tsphaniah, cosa oculta de Dios. Con origen Fenicio Tsspan-iah, Zphan-iah, Tesoro de Dios o Spane, tesoro. La más cercana sería Sphan que significa Aquilón o tierra del Norte en caldeo y hebreo Bíblico . La que el propio académico da como más probable, enmarcado en términos geográficos sería, Tsphaon o Tsphan, que significa el Aquilón, el septentrión o el norte, al igual que en hebreo bíblico Hepshaoni o Hisphane y aquilonairis, se traduce como cosa del norte. La conclusión final que toma Trigueros, es que el nombre de España no fue dado a la península por la abundancia de conejos, sino por estar situada geográficamente al septentrión o al Aquilón de los fenicios que viajaron en busca de riquezas desde el lejano oriente, pasando por África hacia el Estrecho de Gibraltar. Pero otro estudioso cercano a esta idea llamado J.M. Solá Solé en su Enciclopedia Lingüística Hispánica de 1960, propone que, este nombre fue primeramente dado a Andalucía porque era la tierra conocida de la península en aquellos momentos, ya fuere como Sphan, Spany o Ispanya, simplemente como la costa del Norte.
Geográficamente sólo se han encontrado dos localidades con nombres similares a Aquilón en todo el Mundo, una en Chile y otra llamada Aguilón precisamente en Zaragoza -España-. También en la península se encuentra la «Torre de Aquilón» ubicada en Villajoyosa -Valencia-.
Así, nuestra España querida y codiciada por tantos pueblos a lo largo y ancho de la historia, mamó de distintos pechos la leche dulce de las costumbres y culturas, y la leche amarga del yugo de la ocupación de al menos, ocho comadronas distintas; La de Tubal o Tarsis, la Fenicia y la Griega, la Cartaginesa, la Romana, la Goda, la Árabe, la natural, la Austriaca y la Borbónica. Todo esto nos hizo crecer como nación diferente y megacultural, que aún hoy, florece ante la mirada recelosa de quienes un día nos conquistaron y bebieron del vino del dulce jardín divino peninsular, donde hasta el mismísimo árbol de la vida decidió crecer.
Finalizada la gran trama ungida desde tiempos bíblicos, de la que deriva el origen de la Península Ibérica, no se puede afirmar con seguridad, que Aquilón es España, pero tampoco se pueden negar las pistas que así lo sugieren. Nos hemos adentrado mucho más, descubriendo que en las Hespérides, estaba el mayor tesoro -Spane- de Díos y su creación, el mismísimo Árbol de la vida del que brota el mal y el bien, Satán y Dios. Esto implica la ubicación del Edén, del mito de Adán y Eva, donde la Humanidad fue castigada por sus desobediencias hacia el divino. El Tártaro tenebroso donde en el fin de los tiempos, surgirán las criaturas abismales de Gog y Magog, para castigar a los que un día expulsaron a sus hijos elegidos, como está escrito en el Apocalipsis de Baroc 36,1-42,7; Todo pueblo que no haya explotado a Israel ni haya pisado la semilla de Jacob, vivirá. Todos aquellos que te han dominado o te han explotado serán entregados a la espada de Dios .
Desde los comienzos, hemos advertido un cruce singular y repetitivo que parece unir a dos regiones eternamente, la del occidente más profundo europeo, con la del norte más profundo del Cáucaso. La región de la Iberia caucásica hoy conocida como Georgia, es el mejor ejemplo de que existe una confusión sobre ambas etimologías, pero no sólo en esta lo percibimos; Tubal, según unos, ocupó la zona comprendida en los países y regiones Caucásicos y Adriáticos; según otros, ocupó el norte de España. Tarsis según unos ocupó la zona turca de Tarso y según otros el sur de España. El Tártaro es habitado por los pueblos turcos de Europa Oriental y Asia Central y según otros el nombre Tártaro dio pie al de Tartesos. Como colofón, surge la palabra que nos ha hecho indagar en estos parajes tan turbios y trillados. Aquilón parece ser situada en la Biblia, al norte de Israel, bien indicando al Líbano, Irán, Irak, y más allá, a Turquía o Rusia. Pero por otra parte, la teoría de Cándido María Trigueros sobre que, al menos el sur de la Península fue conocido como el Aquilón, nos parece verosímil y creíble. La importancia que queremos dar a la ubicación de las regiones de Aquilón, no es fundada, ni exagerada, porque es el pilar donde se apoya la última encrucijada desvelada en la Biblia y diferentes textos sagrados, así es como las propias profecías de Nostradamus de igual modo lo presentan. La cuestión es; ¿qué lugar quiere indicar el profeta cuando se refiere a Aquilón o Aquilonaire? Este es el dilema que hemos intentado acometer en este extenso capítulo, porque aunque las fechas de la catástrofe no variarán, sí lo harían los lugares designados a sufrirlas, siendo España o siendo los países al norte de Israel mencionados.
En la obra de Nostradamus, tanto en las centurias, como en las diversas cartas, se aprecia una separación clara de dos términos similares, Aquilón y Aquilonaires -cosa del Norte-. Creemos que Nostradamus pudo usar la etimología segunda para indicar a Rusia o Turquía y la primera para señalar a España. Esto implica que el se dio cuenta, en su momento, de las discrepancias entre ambos puntos. También explicaría dos acontecimientos diferentes sugeridos por la Biblia, el ataque de Gog y Magog -Irán, Rusia, Turquía y países del Norte o Aquilonaires- a Israel, y más adelante en el tiempo, el avance sarraceno -Midy- por todo el norte africano, hacia España -Aquilón-, entre los años 2022 y 2028. No debemos olvidar que la OTAN puede representar las fuerzas del Aquilón, las fuerzas del Norte -Organización del tratado del Atlántico Norte-, siendo su bandera parecida a la Rosa de los vientos. También Rusia junto a diversos países situados hacia el Aquilón bíblico, como Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán forman parte de la llamada «OTAN-RUSA», Fuerza de reacción rápida -FCRR-. Quizás lo más simple, es que ambos sean los señores Aquilonaires nombrados por Nostradamus.