La tumba de Michel Nostradamus


El viaje ahora se tornará triste, avanzaremos por la calle Maréchal Jofree para llegar a la Place Saint-Laurent, lugar donde los restos póstumos de Nostradamus descansan tras ser saqueada su tumba sobre el 1791 ó 1792. Sus huesos están alojados en la collégiale Saint-Laurent en la antigua capilla de Saint-Roch, hoy llamada de la Virgen.

El monumento se encuentra fuera de las murallas, la colegiata expresa el poder espiritual de los arzobispos de Arles. Su primera piedra fue colocada en 1344 por Juan de Cardona, en lugar de una capilla con un cementerio. Después de muchas interrupciones por las campañas y las plagas sufridas, invasiones de la ciudad por parte de bandas armadas y deslizamientos de tierra, el edificio fue terminado casi un siglo y medio más tarde, en la década de 1480. Debido a su condición de colegiata, la imponente silueta está destinada a ser un signo visible de la influencia de los arzobispos de la ciudad. En el interior, la planta y el alzado son notables: una sola nave, sin pasillos, pero rodeado de 11 capillas laterales. Este trabajo no fue pensado originalmente para la universidad, pero es uno de los elementos que se presentó después de la profanación, en la Revolución, de la Iglesia del Convento de los Franciscanos de Salón. La tumba de Nostradamus fue objeto de numerosas peregrinaciones. Entre los visitantes ilustres fueron dos reyes de Francia, Luis XIII (en 1622) y Luis XIV (en 1660). Este último fue acompañado por su madre, Ana de Austria, su hermano, el Duque de Anjou, su primo, Mille d'Orleans, y el cardenal Mazarino. En 1792 la Guardia Nacional que pasaba a través de Salon fueron a la iglesia, profanaron la tumba del profeta y dispersaron sus huesos. Se dice que el soldado que primero violó la tumba fue asesinado pocos días después por robar plata. La Colegiata de San Lorenzo ha sido restaurada en el año 2008.

 

 


Cuando uno entra en esta gran edificación siente frío, soledad y silencio. Nostradamus yace tranquilo y desde su nicho observa el paso de los siglos. Es triste por fin llegar a este lugar sabiendo que el personaje que más admiro duerme con su secreto. Cuando caminaba paso a paso por sus pasillos y poco a poco se iba acercando el alojamiento de Michel, tantas cosas me pasaron por la mente que aún recuerdo esa sensación como tatuada en mi interior. Durante estos años de estudio siempre su figura estuvo presente pero es aquí donde admito haberla sentido más fuerte. Es cierto que el lugar de descanso del profeta parece estar olvidado, daba la sensación de que pocos le visitaban, pero quizás es mejor así, porque el silencio facilita la propagación del alma.


 

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